suplico cada noche a los hijos de Érebo
"¡Tráeme la sombra, Deus tenebris!"
pues ya no quiero vivir en un mundo de sueño.
. . .
Arranca el sol y Dido aguarda en el infierno
"Tú y ella os venís conmigo,
-con voz calmada dijo- por amor habéis muerto"