Blanco. Inmaculado. Puro.
Los bordes rectos. Perfectos.
La pared cuadriculada.
Todo lo que odiaba
se concentraba allí.
Incluido yo.
. . .
Sentí como el interior
se iba haciendo transparente.
Tinta diluida bajo mis brazos. Vacíos.
. . .
"No te rindas. Recuerda. Recuerda.!
¡DESPIERTA. Tonto"
. . .