Fue a los 21 años cuando cogí por primera vez el pincel. Con él dibujaría trazos que nadie vería jamás; líneas que, como si estuviesen impresas en mi cuerpo, hacen real, palpable y fisica cualquier cosa que suceda en mi cabeza.
Jirones de cuero, telas o vendas de raso han mantenido a estos dibujos ocultos a los ojos del mundo. Es un arte que nadie entiende, incluso hay críticos que lo denominan 'moda' cuando deberían decir 'necesidad'. ¡Qué se lo cuenten a Marilyn M, Dylan T, Sylvia P, Sid V, Ernest H, Vincent V ó Virgina W!