Paralelos al principio, pero si la rabia asoma, si lo real se muestra tal y como es, se van cruzando unos con otros: los que aún lloran y los que, con el tiempo, cerraron. Orgía de hierro, acero y sal.
Destrozado a la vista, pero cuando lo rozas con la lengua, eres capaz de sentir la suavidad de la fragilidad de la vida humana.
Como un ángel de la guarda te despojé de aquel peso para posarlo sobre mi cuerpo.